
El Mundo: «¿Por qué apostar por Iberoamérica?»
El diario El Mundo, uno de los más importantes dentro del panorama español, ha publicado mi último artículo de opinión titulado ¿Por qué apostar por Iberoamérica? donde analizo el gran potencial económico que tiene Latinoamérica ante el escenario post Covid. América Latina no atraviesa su mejor momento. Con apenas el 8% de la población mundial, ha sufrido desde el inicio de la pandemia el 28% de las muertes globales por Covid-19. Y la crisis económica en la que está inmersa la región, causada por varios choques adversos, fundamentalmente el coronavirus, es una de las peores en la historia, con una caída estimada del PIB del 7% en 2020. Ya antes del virus, el descontento social en muchos países de Latinoamérica había causado una fuerte ola de protesta. Pero, como decimos, la situación social se ha agravado notablemente con la crisis sanitaria.
«Dos factores que han complicado el panorama son la alta tasa de informalidad laboral, que complica la gestión de la pandemia, y el hecho de que una mayoría de países son de renta media, lo que implica que no han recibido suficiente apoyo de la comunidad internacional. Pero también hay razones para ser optimistas; Latinoamérica es una de las regiones del mundo con mayor potencial post-pandemia.
Es conocida su riqueza en recursos naturales, y esa bendición será aún más relevante en un mundo libre de Covid. Una de las razones es la apuesta de la Unión Europea y de Estados Unidos por economías más sostenibles y resilientes en la lucha contra el calentamiento global. Para ello se requieren grandes inversiones que mitiguen el cambio climático y más demanda de recursos naturales. Por ejemplo, el incremento de la producción de coches eléctricos elevará la demanda de litio y el 85% de las reservas están en Latinoamérica. El área posee el 50% de la diversidad del planeta y hasta el 33% del agua dulce, elementos claves para desarrollar agricultura sostenible y economías más verdes.
Por otra parte, la pandemia ha acelerado la compra de bienes online. La demanda es mucho mayor que la que permite la infraestructura actual. No hay suficientes contenedores, furgonetas y conductores para mantener al día la velocidad de esta transformación. Esto requiere importantes inversiones e impulsará la demanda de bienes básicos como mineral de hierro, acero, cobalto, platino, plata, cobre y otros metales.
Ello sitúa a América Latina como uno de los proveedores principales de estos recursos. Y hace prever un nuevo ciclo positivo de materias primas como el registrado en la región en el periodo 2004-14. Y también la producción de alimentos y la posibilidad de recibir inversiones en la industria manufacturera, producto de la diversificación de proveedores en las cadenas de producción mundial, se convierten en oportunidades adicionales.
Además, y pese a la crisis, el manejo macro ha sido adecuado en la mayoría de los países y las democracias se han consolidado. Y, no menos importante, existe un sector privado dinámico, en internacionalización y consciente de los retos sociales y de sostenibilidad de América Latina y de su papel clave en un nuevo contrato social post-pandemia.
No es casual el creciente interés de muchas economías desarrolladas y en desarrollo en Latinoamérica, consientes de la necesidad de asegurar el suministro de materias primas y desarrollar inversiones. En los últimos meses, hemos sido testigos del despegue de la inversión de China, principalmente en renovables en países como Chile y México. E inversores no tan tradicionales en la región comienzan a fijarse en ella. Francia, Reino Unido y Corea del Sur han elevado su presencia con importantes inversiones para aprovechar el enorme potencial del área.
España es segundo inversor en Latinoamérica, sólo por detrás de EEUU. Y no hay que olvidar el importante papel que tuvo la región para las empresas del Ibex-35 en las crisis de 2008 y 2012, cuando muchas mitigaron el impacto en sus resultados con sus operaciones allí. Se percibe ahora, con preocupación, cierta tendencia de empresas españolas a salir del área o reducir actividades por la actual coyuntura. Es un grave error, y entraña desconocer el papel que Latinoamérica está llamada a desempeñar en el mundo post-Covid.
Es lugar común ya decir que a España y a América Latina las unen historia, cultura e idioma, y que ello es una ventaja para las empresas españolas y las multilatinas a la hora de hacer negocios a ambos lados del Atlántico. La pandemia ha producido una aceleración de tendencias tecnológicas como la digitalización y la automatización y prácticamente todos los programas de recuperación incluyen componentes importantes de inversión en estos sectores, como EU Next Generation en Europa.
América Latina ya estaba rezagada en esos sectores antes de esta devastadora pandemia, pero ahora tiene una buena ocasión para reducir la brecha con planes de formación de la fuerza laboral y de digitalización de pymes, lo que es otra gran oportunidad para España: gran parte del contenido de estos programas debe producirse en español y ya aquí se cuenta con recorrido y experiencia en esta materia.
Las cosas no pintan bien en Latinoamérica en este momento, pero ello, por lo expuesto, debería ser coyuntural. El crecimiento proyectado para sus grandes socios comerciales, Estados Unidos y China, es prometedor y permite augurar mejores tiempos, a lo que se añade un alza en los precios de las materias primas que hace prever un nuevo boom. España es socio estratégico para Latinoamérica y viceversa. Las crisis constituyen momentos para capitalizar oportunidades y el mundo post-pandemia presenta muchas para consolidar esa relación, fortalecida además en la Comunidad Iberoamericana, y construir un futuro mejor. Dar la espalda a la región ahora y perder los espacios que tanto ha costado ganar en las últimas décadas sería un grave error».
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