La República: «Ecuador: contra la violencia, empleo»
La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado mi última tribuna titulada «Ecuador: contra la violencia, empleo». Hace dos semanas, el presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa, que el 23 de noviembre tomará posesión y se convertirá en uno de los mandatarios más jóvenes del mundo, eligió al Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica para presentar en Madrid su proyecto político, económico y social. De su discurso se desprende visión, esperanza, inteligencia, conocimiento, empatía y determinación.
No se dejó ningún punto clave: energía, minería, medioambiente, infraestructuras, industria y, por supuesto, jóvenes y mujeres.
Vivió una campaña extremadamente difícil, en un Ecuador convulso por la violencia y el asesinato de un candidato presidencial. Aun así, ha ganado. Y lo ha hecho huyendo de la polarización y buscando espacios de encuentro, duplicando su apoyo y ganando tres millones de votos entre la primera y segunda vuelta.
Ahora está dispuesto a dejar huella y a romper inercias desde el primer día. Ahí está su decisión de que los cuatro principales ministerios (Presidencia, Energía y Minas, Economía y Exteriores) sean ocupados por mujeres muy preparadas. Y, sobre todo, su batería de medidas para cambiar el rumbo de un país con dos de las diez ciudades más violentas del mundo. Su receta: mano dura con los criminales y empatía y oportunidades para los necesitados.
Sus propuestas para los criminales, que el Ministerio de Gobierno absorba al de Interior; reforma constitucional de la Función judicial; proteger a fiscales; reforzar la fuerza armada; promover el reconocimiento del narcoterrorismo como amenaza mundial; garantizar la destrucción de droga y cooperar con EE.UU. e Israel para crear una nueva Agencia Nacional de Inteligencia. Porque “la protección de las fronteras no debe ser necesariamente en la frontera, sino en los ‘focos calientes’ donde actúan los narcos”.
Sus políticas estarán centradas en aquellos para los que comer tres veces al día, tener un auto o una casa no forma parte de su realidad. Quiere trabajar para los que un alza de 5 centavos en el billete del bus significa una comida menos al mes y para los que la falta de agua potable causa desnutrición a sus hijos. Y para los jóvenes, que le han dado apoyo masivo.
En Ecuador, la mitad de los menores de 29 años no tiene ni empleo ni oportunidades. Cada año, 200.000 jóvenes quedan fuera de la universidad pública, sin posibilidad de estudiar ni de trabajar, convirtiéndose en carne de cañón para los cárteles. Sin embargo, “¿qué joven se jugaría la vida transportando cocaína si tiene otra alternativa?”. Porque el problema no es la violencia, es la falta de alternativas. No hay nadie más peligroso que el desesperado que no tiene nada que perder.
Su planteamiento es atacar la raíz del mal, combatiendo la violencia con empleo. Mira a empresarios e inversores como aliados y parte de la solución. Ha definido una hoja de ruta para generar confianza, atraer el interés de los grandes fondos, captar millones de dólares en IED y crear miles de empleos que sean opción frente a la violencia. Además, sabe que más trabajo significa más consumo e ingresos fiscales.
Noboa, que ha sido el candidato del empleo y será el presidente del empleo, tiene la titánica tarea de reconstruir social, política y económicamente el país. Entre sus ventajas, ser un político consciente de la importancia de la comunicación: construye mensajes claros, escucha, dialoga y pacta. Es aire fresco para Ecuador, pero también para una Latinoamérica atrapada en populismos y debates ideológicos y que no logra crecer al ritmo adecuado. Su éxito puede marcar camino.
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